Bonos en dólares: ¿valen la pena? Ventajas, riesgos y cuándo incluirlos en tu cartera

Juandiego

octubre 7, 2025

¿Por qué deberías considerar bonos en dólares?

¿Te has preguntado por qué muchos inversores y gobiernos siguen comprando bonos en dólares cuando existen alternativas en monedas locales? Imagina tus ahorros como un río que busca cauces seguros: algunos tramos son tranquilos, otros más arriesgados. Los bonos en dólares representan ese cauce estable que ofrece liquidez global, acceso a mercados profundos y cierta protección frente a la depreciación de las monedas locales. Sin embargo, esta estabilidad también tiene un costo: el inversionista se expone a las variaciones en las tasas de interés de Estados Unidos, al riesgo de crédito del emisor y, si reside fuera de EE. UU., al riesgo de tipo de cambio.

Este artículo explica de forma clara qué son los bonos en dólares, por qué atraen a tantos inversores globales, qué ventajas ofrecen y qué riesgos implican. Con ejemplos y datos recientes —incluyendo referencias a los rendimientos del Tesoro estadounidense y el contexto macroeconómico de 2025—, verás cómo evaluar si estos instrumentos encajan en tu estrategia de inversión.


¿Qué son exactamente los bonos en dólares y cómo funcionan?

Un bono en dólares es un instrumento de deuda emitido por gobiernos, empresas o instituciones que promete pagar intereses y devolver el capital en dólares estadounidenses. Puede tratarse de bonos del Tesoro de EE. UU., bonos corporativos de grandes multinacionales o bonos soberanos de países emergentes denominados en dólares.

Podemos imaginarlo como un pagaré internacional: el emisor pide prestado en dólares y promete devolverlos con intereses. Si compras ese pagaré y lo mantienes hasta el vencimiento, recibirás una renta periódica y tu capital al final. Para los inversores que viven fuera de Estados Unidos, estos bonos también implican exposición al tipo de cambio entre el dólar y su moneda local.

Los bonos del Tesoro son considerados el activo más seguro del mundo y sirven como referencia global para la renta fija. En 2025, los rendimientos del bono a 10 años rondan entre 4.0% y 4.2%, niveles que devuelven atractivo a la renta fija tras años de tasas bajas, según datos de la Reserva Federal. Por su parte, los bonos corporativos en dólares ofrecen mayores cupones a cambio de un riesgo crediticio superior, mientras que los bonos soberanos de países emergentes pagan una prima adicional por riesgo país.

En resumen, cuando las tasas de interés suben, los precios de los bonos existentes bajan, y viceversa. Por eso, las decisiones de la Reserva Federal y el comportamiento del mercado del Tesoro influyen directamente en la rentabilidad de estos instrumentos.


Ventajas de invertir en bonos en dólares

Liquidez y acceso global

El mercado de bonos en dólares es el más líquido del mundo. Los bonos del Tesoro estadounidense pueden comprarse o venderse con facilidad y sirven como referencia para operaciones financieras internacionales. Según el Departamento del Tesoro de EE. UU., su profundidad de mercado es clave para mantener la estabilidad del sistema financiero global.

Diversificación y refugio

Invertir en activos denominados en una moneda fuerte como el dólar reduce la exposición al riesgo de depreciación de las monedas locales. Estudios del National Bureau of Economic Research señalan que incluir deuda en moneda extranjera puede mejorar la diversificación y reducir la volatilidad de las carteras.

Rentabilidad competitiva

Los bonos corporativos y los soberanos en dólares suelen ofrecer mayores rendimientos que los Treasuries, compensando por el riesgo adicional. En 2025, gestores como Morningstar destacan que la renta fija ha recuperado atractivo después de varios años de tasas históricamente bajas.

Herramientas de cobertura

Los Treasuries se utilizan como colateral en numerosos contratos financieros y como base para derivados que permiten gestionar duración o exposición sin vender los bonos físicos. Además, existen los TIPS, bonos indexados a la inflación que ajustan su principal según el índice de precios estadounidense, ofreciendo protección ante aumentos del costo de vida.

En definitiva, los bonos en dólares combinan liquidez, diversificación y rentabilidad, aunque con riesgos que deben entenderse antes de invertir.


Riesgos clave al invertir en bonos en dólares

Riesgo de tasa de interés

Cuando la Reserva Federal eleva las tasas, los precios de los bonos bajan. En 2025, tras un ciclo de alzas y ajustes de política monetaria, esta sensibilidad ha vuelto a estar en primer plano. Comprar bonos a largo plazo en un entorno de tasas ascendentes puede implicar pérdidas si se venden antes del vencimiento.

Riesgo de crédito

Los bonos corporativos y los soberanos en dólares de países emergentes conllevan el riesgo de impago. Los diferenciales de rendimiento o “spreads” reflejan esa prima por riesgo, como señalan informes de Global X y JP Morgan. Evaluar la calidad crediticia del emisor es esencial antes de invertir.

Riesgo cambiario

Para los inversores que no operan en dólares, el tipo de cambio puede amplificar o reducir las ganancias. Si el dólar se fortalece frente a la moneda local, la rentabilidad mejora; si se debilita, puede reducirse. Medios como Reuters advierten que las decisiones de la Fed y los flujos hacia mercados emergentes suelen influir en estos movimientos.

Riesgos sistémicos y de liquidez

Organismos como el Fondo Monetario Internacional y el Financial Stability Board han alertado sobre la dependencia global del financiamiento en dólares. En momentos de tensión financiera, el costo de acceder a dólares puede aumentar, afectando a países y empresas endeudadas en esta moneda.

Por ello, la gestión del riesgo debe ser activa: evaluar la duración, diversificar emisores y decidir si cubrir o no la exposición cambiaria son decisiones estratégicas para proteger la rentabilidad.


Contexto actual: qué nos dicen los datos 2024–2025

Después de los incrementos de tasas iniciados en 2022, el mercado de renta fija atraviesa una fase de reequilibrio. Los rendimientos del Tesoro estadounidense a 10 años, según la Reserva Federal de St. Louis, se mantienen alrededor del 4%, lo que ha devuelto interés a los bonos en dólares.

Los bonos emergentes y corporativos, según el FMI, han mostrado una resiliencia mayor que en otros ciclos gracias a mejores políticas fiscales y reservas internacionales más sólidas. Esto ha permitido aprovechar oportunidades en deuda denominada en dólares sin asumir riesgos excesivos.

Por otro lado, el costo de cubrir el riesgo cambiario ha disminuido con la moderación de tasas en Estados Unidos, lo que mejora el atractivo de los bonos en dólares para inversores extranjeros. En este contexto, evaluar la curva de rendimientos y los spreads de crédito se vuelve esencial para elegir el mejor momento de entrada.


¿En qué situaciones valen la pena los bonos en dólares?

La conveniencia de invertir en bonos en dólares depende del perfil y los objetivos de cada inversor.

Para perfiles conservadores, los bonos del Tesoro o los fondos que los replican son la mejor opción: ofrecen estabilidad, liquidez y protección ante la volatilidad local. En 2025, estos instrumentos ofrecen cupones más atractivos que en años anteriores, según datos del Tesoro de EE. UU.

Los inversores moderados pueden combinar bonos soberanos estadounidenses con bonos corporativos de grado de inversión y una pequeña proporción de deuda emergente. Este enfoque equilibrado diversifica riesgo y mejora la rentabilidad esperada. Bancos como Bank of America Private Bank recomiendan escalonar vencimientos para mitigar el riesgo de reinversión.

Los inversores agresivos o institucionales pueden buscar rendimientos más altos en bonos high yield o deuda emergente, utilizando coberturas cambiarias cuando corresponda y manteniendo una gestión activa del riesgo de crédito.

Para empresas y pymes, la decisión de emitir o mantener deuda en dólares depende del origen de sus ingresos. Si facturan en USD, tiene sentido; si lo hacen en moneda local, conviene cubrirse o indexar ingresos. El Banco Mundial y el FMI insisten en fortalecer mercados locales para reducir dependencia del financiamiento externo.


Conclusión: ¿valen la pena los bonos en dólares?

Los bonos en dólares siguen siendo una pieza clave en la estrategia de muchos inversores y gobiernos. Ofrecen acceso a mercados profundos, liquidez y diversificación, pero exigen entender los riesgos de tasa, crédito y tipo de cambio. En el contexto actual, con rendimientos más altos y políticas monetarias en ajuste, estos activos han recuperado atractivo como fuente de ingresos estables.

Para los ahorristas, representan un refugio frente a la volatilidad local. Para inversores sofisticados, una herramienta de diversificación global. Y para empresas, un instrumento que, si se gestiona bien, puede equilibrar sus finanzas. Como recuerda el Fondo Monetario Internacional, el financiamiento en dólares requiere prudencia, planificación y cobertura ante escenarios cambiantes.

En definitiva, los bonos en dólares valen la pena cuando se entienden y se utilizan con estrategia: ni refugio absoluto ni apuesta especulativa, sino una pieza sólida dentro de una cartera global bien diversificada.

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