¿Cuánto arriesgar por trade? La regla del 1–2%

Juandiego

octubre 19, 2025

¿Te imaginas perder el 30% de tu cuenta en unas pocas malas decisiones y tener que recuperar toda la diferencia con rendimientos casi imposibles de alcanzar? Ese escenario es más común de lo que parece entre traders que no aplican reglas claras de gestión de riesgo. La pregunta “cuánto arriesgar por trade” no es un simple detalle: es la línea que separa a quienes sobreviven en los mercados de quienes los abandonan antes de tiempo. La regla del 1–2%, o en versiones más conservadoras la “regla del 1%”, propone no arriesgar más de una pequeña fracción del capital total —entre el 1% y el 2%— en cada operación. La razón es simple: la gestión del riesgo es la base de la supervivencia. Sin ella, incluso una estrategia rentable puede quedar arruinada si una sola operación grande sale mal. Este principio no asegura beneficios, pero protege el capital y mantiene viva la posibilidad de recuperación, como recomiendan fuentes especializadas del sector financiero.

En este artículo aprenderás qué es la regla del 1–2%, cómo calcular exactamente cuánto arriesgar por trade, cómo adaptarla a tu estilo de operación (day trading, swing o largo plazo) y qué alternativas existen como el criterio Kelly o el position sizing por volatilidad. A través de ejemplos numéricos, metáforas y consejos aplicables desde hoy, tendrás una guía práctica para colocar órdenes con el tamaño y los stops adecuados a tu nivel de riesgo. Piensa en tu cuenta como una planta: un riego moderado y constante la hace crecer, pero un exceso de agua la puede ahogar. Lo mismo ocurre con tu capital; arriesgar poco por operación te da la oportunidad de crecer de forma sostenible.

Qué es la regla del 1–2% y por qué funciona

La regla del 1–2% es una técnica de money management que establece que no se debe arriesgar más del 1% o 2% del capital total en una sola operación. Aquí, “arriesgar” se refiere a la pérdida máxima que se aceptaría si el stop se activa, no al tamaño bruto de la posición. Este enfoque es ampliamente utilizado por traders profesionales y recomendado en manuales de gestión de riesgo, como los de plataformas de análisis financiero y grupos de mercados internacionales. La lógica detrás es priorizar la supervivencia antes que el ego. Si se arriesga demasiado y se pierde, se necesita una ganancia mucho mayor para recuperar lo perdido. Por ejemplo, una pérdida del 50% requiere duplicar el capital para volver al punto de inicio. En cambio, las pérdidas pequeñas y controladas son fáciles de recuperar y mantienen estable la curva de crecimiento.

Imagina tu cuenta como una torre de Jenga: si retiras bloques pequeños, el juego continúa; si quitas uno grande, la estructura se derrumba. La regla del 1–2% te obliga a mantener los bloques pequeños. Firmas reconocidas del mercado y centros de formación en trading, como CME Group, recomiendan este enfoque porque reduce el riesgo de ruina y estandariza el control del capital. Si estás empezando o prefieres un estilo conservador, usa 1%. Si tienes experiencia y una estrategia comprobada, podrías ampliar a 1.5% o 2%, siempre dentro de límites claros y sin romper la disciplina.

Cómo calcular exactamente cuánto arriesgar por trade

Aplicar la regla del 1–2% requiere convertir el porcentaje en un monto concreto. Primero, define tu capital total (C). Luego elige el porcentaje de riesgo (P), por ejemplo, 0.01 para 1% o 0.02 para 2%. Calcula el monto en riesgo (R) multiplicando C × P. Determina la distancia entre el precio de entrada y el stop (S), y finalmente divide R entre S para obtener el tamaño de la posición (N).

Por ejemplo, si tienes una cuenta de $10,000 y aplicas un riesgo del 1%, arriesgarás $100 por operación. Si el stop está a $0.50 del precio de entrada, podrás comprar 200 acciones ($100 / $0.50). Así de simple. Solo recuerda ajustar por comisiones y posibles deslizamientos en la ejecución. En mercados apalancados, el cálculo debe basarse en el riesgo real en dólares, no en la exposición nominal. Incluir las comisiones y el slippage te permite estimar un riesgo más realista. Si el costo de transacción por entrada y salida es $10, descuéntalo del monto total de riesgo permitido.

Un ejercicio útil es calcular tu tamaño de posición real y automatizarlo en una hoja de cálculo. Esto te ayudará a mantener consistencia y a evitar decisiones impulsivas en momentos de volatilidad. Si usas una plataforma moderna, muchas ya permiten definir el riesgo por monto y calcular automáticamente el número de unidades a comprar o vender.

La psicología del riesgo: el valor de respetar la regla

La verdadera ventaja de la regla del 1–2% no está solo en la matemática, sino en su efecto psicológico. Tener un límite claro reduce el miedo y la impulsividad. Saber de antemano cuánto estás dispuesto a perder te permite actuar con objetividad. En momentos de pérdida, la tentación natural es aumentar el tamaño para “recuperar”, pero eso lleva al colapso. Esta regla actúa como una barrera emocional que protege tu cuenta.

Estudios y publicaciones sobre gestión de dinero demuestran que los límites porcentuales reducen significativamente la probabilidad de ruina. Mantener un riesgo constante también estabiliza tus emociones: la pérdida se asume como parte del proceso, no como una amenaza. Ajustar la regla solo tiene sentido en situaciones justificadas: cuentas muy pequeñas, estrategias altamente consistentes o operaciones con convicción excepcional, siempre respaldadas por pruebas reales. Si sobrepasas tu límite repetidamente, lo ideal es reducir temporalmente el riesgo a la mitad hasta recuperar disciplina.

Alternativas y complementos a la regla del 1–2%

Algunos traders avanzados complementan esta regla con métodos más técnicos. El criterio Kelly, por ejemplo, busca el crecimiento óptimo del capital en función de la probabilidad de éxito y la relación riesgo/beneficio. Sin embargo, su aplicación práctica suele ser demasiado agresiva, por lo que se recomienda usar solo una fracción (como 25% o 50% del Kelly) para reducir la volatilidad.

Otra alternativa útil es el position sizing por volatilidad, basado en el indicador ATR (Average True Range). Este método ajusta el tamaño de la posición según los cambios en la volatilidad del mercado: cuando el mercado está más volátil, el tamaño disminuye; cuando está más estable, se puede aumentar. Así se mantiene constante el riesgo en dólares sin importar los movimientos del precio. Muchos traders profesionales combinan ambas reglas: usar un porcentaje fijo de riesgo (por ejemplo, 1%) y determinar el stop mediante el ATR.

Instituciones del mercado como CME Group recomiendan también límites diarios o mensuales de pérdida, lo que complementa la regla del 1–2% y ayuda a evitar pérdidas consecutivas que afecten la cuenta.

Ejemplos reales y lecciones aplicadas

Supongamos que un trader con $10,000 aplica la regla del 1%. Su riesgo máximo por operación es de $100. Si opera con un stop de $1 por acción, puede abrir 100 acciones. Con un ratio riesgo/beneficio promedio de 1:2 y una tasa de acierto del 45%, su ganancia esperada por trade sería de $35. En 100 operaciones, tendría una expectativa de $3,500, manteniendo la cuenta bajo control y sin caídas graves. Este ejemplo refleja cómo limitar el riesgo permite sostener el crecimiento incluso con una tasa de acierto inferior al 50%.

En cambio, un trader apalancado que olvida medir el riesgo real puede perder su capital ante un movimiento adverso de apenas 10%. Por eso, el apalancamiento debe considerarse dentro del mismo marco de control. El verdadero objetivo no es ganar rápido, sino permanecer en el juego. La consistencia y la disciplina pesan más que la predicción.

Conclusión

Arriesgar correctamente por operación es la base de un trading sostenible. La regla del 1–2% representa una estrategia simple pero poderosa para proteger el capital y controlar la volatilidad emocional. Permite que la ventaja estadística de tu sistema se exprese en el largo plazo. Has visto cómo calcular el riesgo, ajustar por comisiones y volatilidad, y combinarlo con técnicas complementarias como el criterio Kelly o el ATR. Diversas fuentes del mercado coinciden en que esta práctica reduce la probabilidad de ruina y mejora la consistencia de los resultados.

Tu tarea ahora es aplicar esta regla de forma real. Define si usarás 1% o 2%, automatiza tus cálculos y registra cada operación. Si en algún momento sientes la tentación de aumentar el riesgo por impulso, recuerda la metáfora del Jenga: basta un movimiento grande para derrumbar toda la estructura. Mantén la disciplina, documenta tus resultados y revisa tus reglas con constancia. La gestión del riesgo no es una restricción; es tu licencia para permanecer en el mercado el tiempo suficiente para ganar.

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